Una lagartija que perdió su cola

11 junio 2009
Lagartija ibérica - Podarcis hispanica
Siempre que voy caminando mis oidos están a la escucha de cualquier sonido, si hace un día soleado y vas al borde de los caminos es fácil escuchar un "flis-flas" de alguien que se esconde entre las zarzas. Yo creo que en el entorno urbano casi siempre son lagartijas. Es difícil pillarlas para sacar una instantánea. Todavía recuerdo un día, de hace un par de años, que subiendo al Gorbea y antes de llegar a Lekanda, en un pequeño talud a la derecha se soleaban decenas y decenas de lagartijas, lástima de máquina de fotos, es una imagen que tengo grabada en mi retina, que difícilmente volverá a repetirse, pero por si acaso, ahora me acompaña una máquina siempre conmigo.
El caso es que el otro día, sí pude hacer una foto de lagartija, la ibérica: Podarcis hispanica, desde luego me miraba con recelo viendo mis movimientos para esconderse a la mínima. Tenía parte de su cola desaparecida y me pregunto qué peligro habría sorteado para desprenderse voluntariamente de su cola (lo pienso así porque el lugar era en pleno monte a 700 m de altura) . Es un mecanismo que emplea para despistar a su adversario, deja su cola agitándose separada de su cuerpo, con lo cual despista al atacante y aprovecha el momento para escapar rápidamente. La cola puede ser comida por el depredador y así todos contentos. Lo bueno e interesante es que es capaz de regenerar una nueva cola gracias a unas células indiferenciadas denominadas células madre.
La investigación científica en este campo está abierta y de todos es conocida la polémica surgida en cuanto al uso de estas células provinientes de células embrionarias. Sería un gran logro el poder disponer en humanos de esta capacidad regenerativa y poder aliviar numerosas enfermedades degenerativas, el futuro es prometedor si las mentes obtusas no lo impiden con su presión a los gobiernos.

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