He vuelto de nuevo a Doñana

Dehesa de abajo en Moleskine

Mucho es lo que disfruté de este espacio natural el año pasado cuando fuí en febrero a Doñana. Me quedé con la espinita clavada de cuándo podría volver. He aprovechado 3 días de esta Semana Santa para cumplir con mi promesa y moverme por lugares diferentes a los visitados el año pasado.

El hecho de haber realizado el año pasado una de las rutas programadas en 4 x 4 por el parque, ha hecho que este año nos hayamos planteado conocer sus inmediaciones, aquellas que no están restringidas al visitante y se puedan visitar sin permiso, y de conocer también el pre-parque de Doñana más cercano a Sevilla.

Apunte de la vista desde la casa rural Olontigi

Nos habían hablado de lugares como la Dehesa de Abajo o la Cañada de los pájaros como sitios donde poder observar aves muy fácilmente, así que ubicamos nuestra base en un hotel rural situado en Aznalcázar, la Hacienda Olontigi, regentada por personal amabilísimo y especialmente Juan Antonio, gran amante de los pájaros, que dedicó mucho de su tiempo en hacernos las mejores rutas de observación pajarera.

De la Dehesa de abajo

Se trata de una reserva natural situada en el municipio sevillano de Puebla del Río, zona sur del Aljarafe, en la zona de marismas del Guadalquivier y los arrozales de Isla Mayor. Se encuentra junto a la desembocadura del río Guadiamar y pre-parque de Doñana. Posee una laguna de marisma inundable llamada la Rianzuela, y el terreno casi llano está poblado por acebuches y por pinares de pino piñonero. Además junto a la laguna,hay dos observatorios preparados para no molestar a las aves.

Dehesa de abajo

Hecha esta descripción diré que el paraje es excepcional. Las laderas que rodean a la laguna son campas con acebuches, más o menos aislados, con ganado vacuno pastando. El suelo en algunas zonas era de color violeta, por las flores recién brotadas que invadían el espacio. Ese violeta, con el verde primavera ofrecía un contraste cromático muy de mi agrado. Imaginaba cada espacio pintándolo. Lástima que lloviera abundamente, ya que hubo que buscar refugio a cubierto en varias ocasiones.

Había en la zona muchísimas cigüeñas, cientos, nunca he visto tantas, casi cada acebuche tenía un nido, si mirabas a lo lejos veías los puntos blancos de las cigüeñas sobre los árboles y escuchabas a menudo el sonido que hacen con el pico. Ellas estaban muy afanosas llevando materiales al nido.

Otros de los habitantes y que también se veían en las copas de los árboles observando, eran los milanos negros, llegué a contar sobre un árbol seco a lo lejos de la laguna hasta 7 al mismo tiempo. Impresionante. Me recordaba a mi viaje de Kenia donde era de lo más habitual ver varias rapaces en las copas de los árboles.

Pudimos observar muchas aves ya conocidas. Azulones, somormujos, espátulas, flamencos, muchas garzas reales, alguna garza imperial, garcillas bueyeras, grajillas, alondras, alcaudones, algunos abejarucos que ya habían empezado a venir, cigüeñuelas, bandadas de moritos que iban y venían.

Laguna La Rianzuela

Moritos junto a una rapaz y una espátula al fondo

Grajilla (Corvus monedula)

Allí donde la laguna hacía una pequeña represa, había un dormidero de martinetes, adultos y pollos. Desde aquí y recorriendo en coche parte del canal del Corredor Verde del Guadiamar que discurre paralelo a la carretera que lleva al Rocío, al atardecer se veían grupos de calamones en la hierba cercana al cauce, que al querer observarlos parando el coche, iban corriendo a refugiarse a los cañaverales del corredor, sin tiempo apenas de tomar una fotografía.

dormidero de Martinetes (Nycticorax nycticorax)

Calamón en huida (Porphyrio porphyrio)

Vista de Dehesa de abajo junto al corredor verde del Guadiamar

Un lugar que tendré en mi recuerdo como otro de esos sitios que son casi mágicos, y lo curioso que parece que no es tan conocido.

Para quien quiera leer un poco más, seguiré más adelante con los otros lugares que visité.