23 diciembre 2009
Ojo de Atxulaur
Ya sólo el nombre de este lugar en el macizo del Gorbea evoca misterio. Siempre que mi mirada desde la lejanía recorre visualmente la zona de Itxina, se produce algo de atracción. Por eso el otro día que tuve la oportunidad dominguera de hacer una excursión al Ojo de Atxulaur me acerqué con expectación.
El recorrido partió desde el parking situado en Pagomakurre (acceso al Gorbea desde Areatza, Bizkaia). Hay que tomar un sendero a la derecha en la zona de merenderos. Quizá por la época (casi invierno) y por la inexperiencia se hizo complicado seguir el mismo. A ratos se perdía por zonas más o menos pantanosas, otras se descubría una marca que te permitía retomar el camino en mitad del bosque de pinos., muchos ojos buscábamos las pistas para continuar la marcha. Así durante buen rato, camino que sigue en ascenso hasta llegar al final del bosque que de repente había pasado a ser un hayedo y que al final de la subida se abre por un paso de ganado a unas magníficas vistas, de praderío salpicado con algún arbusto o haya dispersa.
Itxina
Desde este punto y elevando la mirada hacia la imponente roca, a modo de acantilado que se llama Itxina, es posible que descubras el Ojo mirándote. Ese agujero en mitad de la roca a modo de pasadizo es la entrada al entorno mágico de Itxina.
Ojo de Atxulaur
Sólo hay que hacer un último esfuerzo de ascensión hasta el mismo, por una senda que ziz-zagea un poco entre las hayas. No pierdes la referencia de dónde se encuentra el Ojo, pero se hace difícil encontrar la senda, porque se encuentra escondida entre las hojas caidas de las hayas.Cumbre del Amboto desde el Ojo de Atxulaur
Desde el Ojo dominas las cumbres del Duranguesado, el Amboto imponente y Mari (la diosa madre de los vascos) tendida, esperando... Mirando abajo, el Valle de Arratia, si está despejado ves el Cantábrico abriéndose Bilbao al mar desde el Abra.
Vista del Mar Cantábrico desde Itxina
Atravesamos este portal natural y allí abajo una gran hoya cubierta por hojas, roca troceada y triturada por la acción del hielo, simas, hayas creciendo en cualquier resquicio de forma inverosimil, es zona karstica, difícil de transitar por ella. No fue posible encontrar el camino para llegar a la cueva de Supelegor, donde habita Mari. Demasiadas marcas de todos los colores, demasiados tropezones y caidas, y otra palabra mágica, el tiempo, dejaron para otra ocasión este reto tan singular.
Hoya al atravesar el Ojo de Atxulaur
Imaginando el poder de la magia.
Iba yo pensando que tanto despiste en el recorrido realizado, que en realidad fue muy breve, solo puede deberse a la presencia de seres ocultos que guardan la zona. Están al servicio de Mari, la diosa vasca que habita en todas las cumbres de Euskalherria, dueña de la tierra y del clima a la que se le debe mucho respeto, porque cuando no se encuentra en su cueva de Supelegor, a pocos metros del Ojo, y está por ejemplo en Amboto, estos seres se encargan de cuidar el bosque y de que todo mantenga el orden establecido desde siglos.
Ser oscuro imaginario
A los inexpertos en cuestiones de montaña les van haciendo ver pistas falsas y se encargan de tapar los caminos o de poner demasiadas marcas, con el objeto de que desistan de su intrusión en la mágica montaña. El camino de subida al pie del Ojo y atravesarlo, estaba tan oculto entre las hojas de las hayas, que probablemente estos seres se habrían encargado de ir acumulando hoja tras hoja para hacerlo invisible, además se cuidaron muy mucho de incluir trampas en el recorrido, que sólo dieron lugar a que tropezáramos y cayéramos en agujeros ocultos. Con tan mala fortuna que una vez atravesado el ojo casi fue imposible acercarse a una de las residencias de Mari, la cueva de Supelegor. Seguramente Mari no estaría aquí peinando sus cabellos de fuego con un peine de oro, porque la cumbre del Amboto tenía alguna nube encima, signo inequívoco de que por el momento esa era su morada.
¿fuego "imaginario"en el Ojo de Atxulaur?
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