Hay que cuidar un poquito las relaciones personales, son un punto importante en la vida. Juntarse con los amigos y disfrutar de una cena es uno de los grandes placeres que, aunque no sea a menudo, nos permitimos de vez en cuando. Charlas y cambio de pareceres entre personas con diferentes puntos de vista, enriquecedor. Hacía tiempo que nos rondaba el juntarnos para cenar en un sitio especial, hacer un plan alternativo para los hijos y una velada de disfrute para los padres.
El sitio propuesto por alguien hacía ya tiempo, era cenar en una galería de arte, Emilia Epelde y Mikel Mardaras abren su casa, sita en el Casco Viejo de Bilbao, para cenar y compartir el arte que encierra. Es una galería especial, de personas especiales en un ambiente especial.
La noche elegida, la de un viernes de mayo. El Casco Viejo estaba a rebosar de gente, las calles pletóricas, la gente, diversa como corresponde a esta zona, turistas y foráneos, haciendose fotos en los sitios emblemáticos, progres y modernos, ataviados con las últimas tendencias, tradicionales, txikiteros, tiradillos, sin techo,..., de todo un poco, como en botica.
Hacía tiempo que no tenía conciencia de esta diversidad, la rutina te acostumbra.
El caso es que en Jardines nº10-3º en un piso palacio del siglo XIX se encuentra la galería de arte Epelde y Mardaras. Un espacio de más de 200 metros cuadrados con varias dependencias como corresponde a una buena casa: cocina, recibidor, habitaciones o salones, árabe, neogótico, ... todas ellas con su chimenea y sus elevados techos, alguno de los techos con pintura a modo de fresco y otros con ricos arabescos. Era el gusto de la época, el suelo de madera haciendo geometrías y en la cocina la vieja baldosa hidráulica. Emilia Epelde, junto a Mardaras, como dice ella, es la anfitriona y te enseña continente y contenido, es decir, no sólo el espacio sino el arte que incluye. Por todas partes se encuentran obras, unas de gran formato otras menores, de autores como Zumeta, Félix de la Concha, Jauregui, Eskubi, Rafael de Diego, porque Emilia es galerista entusiasmada con la obra que muestra. Las lámparas no tienen desperdicio, pura creatividad, muchas de ellas de ejecución familiar. Mardaras tiene buena mano. En un rincón no falta el perro pastor aleman que ni siquiera levanta la oreja a nuestro paso.
Ahora mismo se muestra en la galería la obra del escultor Iker Potes, varios trabajos en madera y algunos collages. Además de encontrarse parte de los retratos de "la historia más larga de bilbao jamás pintada" de Félix de la Concha, de Gonzalo Jauregui y otros (enlace). La charla con Emilia es muy amena y muy cercana, una mujer con carácter con la que se puede compartir el sentimiento del arte, de la creatividad, de la no repetición y al mismo tiempo la posición "controvertida" del mercado.
La cena en uno de los salones invita a una velada larga y amena, la cocina la lleva la propia Emilia y comes lo que ella sabe hacer, para eso es su casa y la verdad que la comida estuvo muy bien (salmón marinado hecho en casa, ensalada de colores, sopa de pescado, merluza de pincho o solomillo con Boletus), calidad y tradición, como si lo preparas tú en tu casa. No hay horarios, la sobremesa se alarga tanto como dé la conversación, la música en todo momento agradable y a gusto de los comensales. Una experiencia diferente, sin agobios de restaurante y en un comedor para tí solo. Para recomendar.
Epelde y Mardaras galería de Arte
Jardines nº10 -3º
Casco Viejo. Bilbao. Bizkaia
comida y arte,la proxima nos avisas que yo me apunto,un beso Ana
ResponderEliminares una propuesta buenisima.........mejor que las cenas de socios...........jajajaajjaja es muy original............un saludo
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