Sólo había un árbol en el Alluitz

La única haya en la cara norte del Alluitz

El Alluitz es la segunda cumbre más importante del macizo del Anboto en Bizkaia. Con una altitud de 1034 metros. Su cara sur es una precipicio con caída vertical de unos 600 metros de desnivel y por su cara norte bastante escarpada, es por donde se realiza la ascensión, que según he visto después de haberlo subido, no se recomienda a montañeros sin experiencia y menos aún si el tiempo no acompaña. ¿Quién me engañaría a mi para subirlo un soleado sábado de septiembre? Menos mal que el terreno no estaba mojado. Yo no lo recomendaría para aquellos que sufren vértigo.

Hacia el collado de Artola para subir al Alluitz

Aitz txiki visto subiendo por la cara norte del Alluitz

La ascensión a este monte parte de Atxarte, en el Barrio de Mendiola de Abadiño, desde una altitud de unos 300 m. El recorrido es de continua subida sobre suelo calizo, incluso pedreras, aunque en total no se hacen muchos Km, mi Gps me indicó 6,07 km en total (subida + bajada) y más de 4 horas efectivas de caminar. También el Gps registró pendientes muy pronunciadas de entre el 40% y 50%. Así que mis maltrechas rodillas se resintieron.

Desde Alluitz, al fondo el Anboto y paso del diablo en la crestería

Poste geodésico del Alluitz

Dicen que la silueta de este monte dibuja la nariz y la frente de la Dama del Anboto. Desde el collado de Artola donde se divide la ascensión bien al Aitz txiki (795 m) o bien al Alluitz, en la pared de roca solo se ve un árbol, un haya allí colgada en lo más alto, a todo el que preguntes te dirá que subas hasta aquel haya y una vez allí estás enseguida en la cima. Vas mirando el haya, allá arriba, pero se tarda bastante hasta alcanzarla, tan arriba está. Casi tiene seco parte del tronco, pero su frondosidad no deja dudas, que curioso, este árbol se ve desde el valle, desde Atxondo. Una vez que has pasado por allí y te has fijado en ese árbol, cuando estás en el valle y miras el monte, identificas fácilmente el haya, allí cerca de la cumbre, hasta este momento no me había fijado en su existencia.